Podé s llamarme Ismael. Hace unos añ os emprendí una aventura en un buque ballenero, el Pequod. Recorrimos varios mares con el propó sito de cazar ballenas. Sin embargo, pronto supimos que esa era solamente una excusa. Un capitá n sombrí o, una tripulació n dispuesta a seguirlo a cualquier costo y un ú nico objetivo: una ballena blanca mitad monstruo, mitad leyenda.